sábado, 28 de agosto de 2010

YEKATERINBURGO: LOS URALES

DIA 17, Domingo, 15 de Agosto.

Llegamos a Yekateinburgo a eso de las 4:30 de la mañana. Aún mareados por el madrugón, nos preasuramos en sacar los billetes con destino a Kazán; aunque tuvimos un lio con las fechas y tuvimos que descambiarlo, pudimos salir por la ciudad con las primeras luces.

A través de uno de los muchos viajeros que terminamos conociendo en la ruta, éste nos recomendó un hostel de la ciudad, el "Europa-Asia Hostel". Así que nos pusimos en marcha en su busca. De paso, estuvimos viendo la iglesia Ortodoxa de la sangre derramada o algo así, dedicada a la memoria del asesinato de la familia monarquica rusa de los Romanoff, a los que incluso quieren canonizar. Aunque la iglesia es nueva, construida en el mismo lugar donde se asesinó a la familia, por dentro es fascinante, llena de frescos al más puro estilo ortodoxo.

Aunque el metro de Yekaterinmburgo solo tiene una sola linea, se puede apreciar como aquí las cosas las hacen para que duren. Verdaderas estaciones de un estilo clásico, realizado todo con materiales de buena calidad a más de 40 metros bajo tierra, están preparados para funcionar como bunkers antinuclear.

El hostel nos costó encontrarlo tanto, que estuvimos a punto de darnos por vencidos. Finalmente encontramos indicios de algo y en un viejo bloque comunista, de viejas puertas blindadas, en la séptima planta, lo que parecía la entrada del hostel. Tras abrirnos con cierta desconfianza, descubrimos un piso con el ambiente habitual de este tipo de alojamientos, aunque éste era bastante pequeño; con decir que solo disponia de 6 camas... prácticamente era un piso donde vivian dos amigos y acondicionaron aquello como alojamiento. Total, por 10 euros la noche...


Alli nos dieron información para visitar un parque de los Urales. Desde la estación de autobús, nos cogimos rápido un par de billetes. Tras tres horas de nefastas carreteras y pésima amortiguación del vehículo, nos dejaron a las puertas de un pequeño parque natural. Las dimensiones del parque eran más bien pequeñas, pero tenía una buena red de senderos, aunque con información solo disponible en ruso.


Nos dedicamos el resto del dia a decidir la ruta y a aventurarnos por ciertos tramos no recomendables. El reto del dia fue un tramo atravesado por un rio con una profundidad de 1,90 m. en su punto más hondo. Aprovechando unas maniobras de un equipo de televisión de la zona, nos permitieron trasladar en sus barcas nuestra mochilas, aunque nosotros si que nos tuvimos que dar el chapuzon. Para nuestra desgracia, nuestra camara de fotos calló por accidente al agua y la tuvimos en coma el resto del dia.

Seguimos por un sendero que discurría en un frondoso bosque de abedules todo precioso, como si del mismo "bosque de Irati" se tratara y la verdad que estábamos muy satisfechos con aquellos paisajes.

A última hora, montamos nuestra tienda junto a un lago; arrimados a una buena hoguera y con buena musica ambiente (del móvil) pudimos degustar del mejor té de nuestra vida!!

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