sábado, 28 de agosto de 2010

SAN PETERSBURGO: La Viena de Rusia.

DIAS 25 y 26, Lunes y Martes, 23 y 24 de Agosto

En nuestro tramo final del viaje, entre el cambio de horario y planes no tan perfectos nos sobraron bastantes dias para gastar en una de las ciudades más caras de Europa y que terminó pasandonos factura.

En estos tres dias que nos quedaban nos llovió en todos; así hicimos nuestras rutas pero de manera más tranquila. A pesar de todo San Petersburgo es demasiado grande e incluso el metro no es suficiente para evitar las largas caminatas, pues las estaciones estan bastantes separadas.

El Lunes aprovechamos para ir a la catedral de St. Isaacs y subir a su cúpula (La colonnade), desde la cual se tiene un panorama excelente de la ciudad. Luego nos fuimos a ver la Iglesia de San Salvador de la Sangre Derramada que es una versión ampliada de la Catedral de San Basilio de Moscú, de principios del siglo XX, erigida donde asesinaron al Emperador Alejandro II. Actualmente es una de las principales estampas de San Petersburgo, aunque esto no es nada en comparación con el resto de joyas de la ciudad.


Es interesante comentar que pudimos degustar la auténtica ensaladilla Rusa. No es un mito, en Rusia se llama "Ensalada Olivier", y es igual que la nuestra, pero lleva carne de pollo en lugar de atún y quizás pepinillos. Inventada por "Lucién Olivier", que fué un Chef de renombre en el siglo 19 aquí en San Petersburgo, en mi opinión... la nuestra está mas buena (¡porque además lleva picos!!)

El Martes lo dedicamos a ver la "Fortaleza de Pedro y Pablo" (ya, ya... ya me se el chiste) creada en prevención de un asedio Sueco. Esta fortaleza contiene diferentes museos como el de máquinas tortura y la antigua cárcel de la ciudad, con sus habitaciones de época recreadas, donde fueron encarcelados personalidades como Trotsky.

El cansancio de los dias acumulados era ya general y nos quedaba ver el "Hermitage", el principal reclamo turistico de la ciudad. Se trata del palacio de Invierno y residencia de los antiguos Zares; no solo es una maravilla por su grandeza y sus interiores, sino por la excesiva colección de antigüedades, esculturas, cuadros y tapices procedentes de la coleccion personal del Zar. En total tres millones de piezas repartidas en más de 900 habitaciones en tres plantas...y solo nos quedaba hora y media para verlas.

En Resumen, los 10 € de la entrada lo merecen sobradamente para una pinacoteca a la altura del Museo del Prado. Para colmo tuvimos la suerte de ver una exposición de cuadros de Picasso de la coleccion de Paris, a la que le dedicamos apenas unos minutos... y aun así seguro que se nos quedaron cosas por ver.

Mis piés me pedían un basta por hoy, y pusimos rumbo a otro piso al que nos mudamos de otro contacto que teníamos, pero mucho más a las afueras.

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